El mal tiempo es una de las principales causas de averías eléctricas. Tormentas, vientos fuertes, lluvias intensas, granizo, nieve y huracanes pueden dañar las líneas eléctricas, provocar cortocircuitos o incluso hacer que los árboles caigan sobre los cables. Las tormentas eléctricas pueden causar sobrecargas debido a rayos, afectando transformadores y otros equipos eléctricos.
Un aumento repentino en la demanda de electricidad en una zona puede sobrecargar la red y provocar cortes de luz. Esto suele ocurrir en momentos de uso intensivo, como durante olas de calor (cuando los aires acondicionados se usan en exceso) o en olas de frío (por el uso de calefactores eléctricos).
Los trabajos de construcción, excavación o mantenimiento en una zona pueden dañar accidentalmente las líneas subterráneas de electricidad. Al perforar el suelo sin la debida precaución, las empresas de construcción pueden cortar cables, lo que lleva a cortes de luz.
Un cortocircuito puede ocurrir por defectos en los equipos eléctricos, en el cableado o por sobrecargas. Las sobretensiones, a menudo provocadas por rayos o fallos en subestaciones, pueden causar fallos en la distribución eléctrica y averías en los sistemas de protección.
Animales como pájaros, ardillas, serpientes u otros pequeños mamíferos pueden entrar en contacto con los cables o transformadores, provocando cortocircuitos y cortes de luz. Este tipo de interrupciones suele ser de corta duración, pero puede afectar a varias zonas.
En ocasiones, las empresas eléctricas interrumpen el suministro de energía de forma programada para realizar trabajos de mantenimiento preventivo o para mejorar la infraestructura. Aunque suelen avisar con antelación, estos cortes pueden ser necesarios para evitar problemas mayores en el futuro.
La red eléctrica está interconectada para garantizar un suministro continuo. Si hay fallos en una parte de la red interconectada (como una sobrecarga o avería en una línea de transmisión), puede causar efectos en cadena, lo que puede llevar a apagones en zonas que inicialmente no estaban directamente afectadas.
Demasiados dispositivos conectados: Si se conectan demasiados aparatos eléctricos a un mismo circuito, puede sobrecargarse y hacer que el interruptor se dispara para proteger el sistema.
El uso simultáneo de electrodomésticos que requieren mucha energía (como aires acondicionados, calefactores, microondas) puede exceder la potencia contratada.
Un cortocircuito ocurre cuando hay un contacto no intencionado entre dos conductores eléctricos, lo que provoca que la corriente fluya de manera anormal. Esto puede suceder por un cable dañado o mal aislado.
Un electrodoméstico dañado puede causar un cortocircuito o una sobrecarga, provocando que el interruptor se dispare.
Los sistemas eléctricos antiguos pueden no estar diseñados para manejar la carga eléctrica moderna, lo que puede resultar en disparos frecuentes de los interruptores.
Conexiones sueltas o mal hechas en el panel de distribución o en el cableado de la vivienda pueden causar problemas eléctricos.